jueves, 23 de junio de 2011


Éramos como el almendro
y su blanca flor.
El viento de marzo y la lluvia de abril.

Nuestra sangre:
liquen de perfecta simbiosis
Nuestra mirada:
sincretismo hereditario

Las dos formas de Gea,
díptico de pliegue exacto,
indivisibles, inseparables.

Y sin embargo, hoy,
mientras tu belleza despunta
una pregunta me oprime:

¿y si ahora nos desvanecemos
en el horizonte del oeste,
una vez en la penumbra,
qué será del mes de mayo?.

María Galera