viernes, 15 de junio de 2012

En los bosques de Escazú,

el sonido del reloj se acompasa con el del gecko
mis ropas se tiñen con el color de las flores
y el Prozac es reemplazado por solanáceas

me refugio de la soledad en su exuberancia
vivo la vida rodeada por ella
y despierto con la alegría de la naturaleza

los yigüirros ahogan el sonido del tráfico
el césped cubre las huellas del largo día
y las plantas me limpian de suciedad

En los bosques de Escazú
siento enraizar mis esquejes
y me abandono al fluir de tu esencia

María Galera